Una silla y una eternidad, por favor

Apenas hace unos días que he vuelto a casa tras mis vacaciones y ya echo de menos estar en la playa. Supongo que es normal, pero... ¡qué difícil se hace! Se hace muy difícil volver a mi pueblo, con el sol pegándote en la cabeza y 40ºC que lo acompañan, y ya no solo eso, sino mirar por todas partes y no ver el mar (a pesar de que yo no soy una gran entusiasta de la playa).
Como ya he dicho, la playa no me enamora, sin embargo, hay una cosa que sí lo hace, el mar (parece lo mismo, ¡pero no!, no lo es). Podría pasar horas sentada en la arena o en las piedras, con tal de contemplar una pequeña cala al atardecer. Otra cosa que me encanta del atardecer en el mar es su color, o mejor dicho, sus colores, esos que hacen que el entorno se vea mágico y... que me quiten trabajo editando (era inevitable decirlo jajaja) porque cuando veo esos colores no quiero ni abrir el editor para cambiarlos.





Nuestra playa era la que aparece en la foto de arriba, pero no pude vencer al amor y el resto de fotografías son de una calita rocosa que me encadiló desde el primer momento. Casi parecía que no había agua en ella, hasta que veías tus pies deformados y el reflejo del cielo.




Por ahora esto es todo, pero seguiré colgando fotos en mi página de Facebook y en Flickr

3 comentarios:

  1. Benidorm, no? Mira q mola .... Ains el mar lo que relaja. Llega una a casa nueva, súper repuesta de todo
    Preciosas fotos. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Casi ! Es Calpe, está muy cerquita y la verdad es que sí, el mar es de lo más relajante.
      Muchísimas gracias :)

      Eliminar
  2. Elena, tienes fotos muy bonitas. Sigue así! Nos vemos en Aventura ;)

    ResponderEliminar